Hola amigos del blog, me llamo Nena Burke, les envío un relato y una fotitos para que su publiquen. Gracias, me encanta el blog.
Mi primera vez
Mucho antes de vestirme de nena yo ya tenía el loco deseo
de ser cogida como una verdadera puta.
En el tiempo en que conocí al chico que hizo realidad este deseo yo ya
había comenzado a usar ropa de nena. No digo que ya era una experta en el arte del transformismo,
pero ya me había hecho de un buen número de ropitas, tacones y un par de
pelucas. Por supuesto también ya había descubierto el delicioso gusto por
tomarme fotitos mostrando el culito. Quienes han hecho esto saben perfectamente
que estoy hablando de ese gusto compulsivo por subir fotografías al Facebook,
una tras otra, día tras día, esperando ansiosa por los comentarios más sucios y
atrevidos, como una forma de tener certeza de que tu foto ha sido admirada y ha
provocado que a más de uno se le ponga dura la verga. En fin, como decía, para
cuando conocí al chico que me cogió por primera vez, yo ya había paseado las
fotos de mi culo blanquito en el internet y por supuesto ya había recibido
muchas propuestas de sexo y para entonces ya me sentía una auténtica nena. Una
tras otra había ido rechazando las propuestas que me hacían, con diferentes
pretextos, luchando entre mi deseo de ser cogida y mis temores propios de una
travita de closet. Hasta que un día, finalmente, me animé. Concerté una cita
con un chico que jamás había visto en mi vida. Las nenas que han hecho este
tipo de citas a ciegas entenderán la ansiedad y excitación que yo sentí. Para
qué contar todo el tiempo que transcurrió desde el momento en que concerté la
cita hasta el momento en que me encontré con él. Diré sólo que era un manojo de
nervios. No recuerdo bien las cosas que me pasaban por la cabeza mientras me
vestía de nena en mi cuarto. De lo que estoy segura es que hice todo lo posible
por no demorar demasiado en vestirme. Como soy previsora, una hora antes de la
cita había escogido mi ropa: unas pantys rojas que hacían juego con un
portaligas del mismo color, una tanga igualmente roja, un corsé negro, una
peluca rubia, y para rematar bien unos tacos negros brillantes y altos que me
gustan mucho. Me observé por última vez
en el espejo, abrí la puerta de mi cuarto y entré en la sala. Allí estaba él,
tendido sobre el sofá, se había quitado los pantalones y la camisa. Clavó su
mirada en mi cuerpo. Era la primera vez que un hombre me observaba en persona.
Qué emoción!! No tengo palabras para describir ese momento. De pronto me vi de
rodillas ante él, quitándole los calzoncillos, llevando hacia mi boca su rica y
dura verga para chuparla como si fuera el caramelo más delicioso del mundo. Un
rato después, esa misma verga que había estado entre mis labios, se abrió
camino hacia mi culo. Tampoco puedo precisar lo que sentí. Dolor, placer,
posesión, tensión, ansiedad, pertenencia. No sé. Mientras escribo esto y repaso
el video que grabamos aquella vez, intento reconstruir ese momento. Sólo las
nenas que han pasado por esta experiencia saben, en su intimidad, lo que
significa que una rica verga te empale por el culo.
Lindo tu culito y tienes la razón con todo lo relatado, en especial : "Dolor, placer, posesión, tensión, ansiedad, pertenencia"
ResponderEliminarMe encanta tu historia ya que me paso igual y fue muy hermozo no hay nada mas rico qe sentirse poseída por un macho..
ResponderEliminarUy que rico, estaría padre estar en tu lugar cojiendo con un hombre asi
ResponderEliminarSe ven muy sabrosas las fotos, que afortunado el que se la follo
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